Estuvimos dos sacerdotes allí. Comenzamos a confesar pasadas las 3:00 de la tarde. Con dos breves respiros, hemos culminado a las 9:00 de la noche. La colonia ya se va agrandando, así también la atención pastoral que requiere.
Personalmente me ha sido muy gratificante absolver a tanta gente, reconciliar a tantas almas con Dios. Es lógico pensar que de entre todos los confesados, habría algunos que sí necesitaba esta reconciliación. Y este pobre sacerdote ha servido para eso. Gracias, Señor, por el sacerdocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario