Entre todo lo vivido, que llenaba el corazón y la fe, hubo una cosa que me llamó mucho la atención: la fe de los fieles. En concreto, después de un tramo de la procesión, acompañando al Santísimo en sitio cercano, vi a una señora, ya mayorcita, que empujaba una silla de ruedas en que llevaba a quien creo que era un nieto suyo, con parálisis cerebral. Los pasillos para el paso de los fieles a orillas de las alfombras eran estrechos, el camino adoquinado, tortuoso. Luego vino, para alegría de los que lo vieron, un alegre seminarista que se prestó a ayudar a la señora.
Cuando aquella vez en España comenté, en tertulia con sacerdotes, que la Misa en nuestros pueblos que se celebraba a las seis de la mañana era la más concurrida, alguno comentó: "¿para qué?, ¿y qué hacen después?" Si a esta señora de la anécdota le hubiésemos preguntado por qué se esforzaba en algo que no comportaba beneficio alguno, hubiera respondido que era por "El Que Iba en la Custodia".
Después, por la tarde, saludé en mi pueblo a un antiguo profesor mío del Instituto, el Prof. Carlos Ruiz, a quien he visto algunas veces en mi Misa cuando voy por ahí. Me ha alegrado saludarle, al igual que a nuestro también antiguo profesor de Contabilidad, Agustín Ordóñez. El Prof. Carlos, entre varias cosas que me dijo, me planteó lo que a otro sacerdote, a manera de pregunta retórica: "¿Se da cuenta de a quién tiene entre las manos? (refiriéndose a Jesús Eucaristía) ¿Se hizo sacerdote plenamente consciente de lo que consiste?"
En fin, en la proximidad del Corpus Christi, vienen bien estas anécdotas. Ojalá celebremos con gran alegría esta fiesta que se avecina.
He "robado" unas fotos del blog del P. Carlos, que ustedes también pueden visitar y apreciar (aquí).
El Nuncio de Su Santidad, Mons. N. Thevenin, a quien se le veía conmovido con la experiencia. |
Así estaba engalanada la iglesia parroquial. |
Buena foto del P. Carlos. |
Primorosas alfombras. |
Nuestro seminarista caritativo. |
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