Una concreción que nos puede servir (la he tomado de Josep Maria Torras, Acercarse a Jesús, 2):
- Exijo mucho a los demás y soy flojo conmigo mismo.
- Juzgo a las personas y no me esfuerzo por entenderlas.
- Deseo tener amigos y cierro mi amistad a los que "no me caen bien".
- Hablo de paz y yo siembro rencillas.
- Me quejo de lo mal que está el mundo y no hago nada por arreglarlo.
- Busco alegría y yo estoy con caras largas y malos modales.
- No me gusta que se rían de mis defectos, y me burlo de los ajenos.
- Quiero mejorar, pero no pongo ningún esfuerzo en superarme.
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