En la página de “La Iglesia en la Prensa”
aparece un artículo con el título de arriba. Muy acertado. La novedad ha
fascinado; pero pasa la novedad y viene “lo de siempre”. Sin embargo, los
cristianos, los verdaderos hijos de la Iglesia, estamos unidos al Papa por
razones de fe, no de sola simpatía.
Ya se ha comentado
que la actual “luna de miel” del Papa Francisco con los medios fue algo de lo
que nunca gozó Benedicto XVI. El cardenal Ratzinger era demasiado conocido y
además jugó durante veinte años el papel de malo de la película, cubriendo las
espaldas a Juan Pablo II. El cardenal Bergoglio, por su parte, era un
desconocido para la mayoría, su elección fue una sorpresa y sus gestos
espontáneos como Papa Francisco han conquistado prácticamente a todos.
Aunque el
estereotipo negativo acompañó a Benedicto XVI durante todo su pontificado
(sin nadie que le cubriera a él las espaldas), también es cierto que poco a
poco fue emergiendo –a rachas intermitentes- una percepción de su persona y
ministerio más cercana a la realidad. Su impresionante e inesperada salida de
escena no ha hecho sino mostrar la grandeza de su figura, que está destinada a
crecer con el paso del tiempo.
El
proceso que acompañará al Papa Francisco será, al menos en teoría, muy
distinto. En buena lógica cabe esperar en los próximos meses una caída de
entusiasmo entre quienes lo han ensalzado por motivos colaterales o
instrumentales. Algunos descubrirán entonces que Francisco no actúa para la
galería, que las razones de sus gestos son más profundas que el afán de conquistarse
simpatías.
Me parece
evidente que tanto Benedicto como Francisco se comportan con autenticidad
y sencillez. Con sus gestos y actitudes como papas muestran lo que en realidad
son, que está en perfecta sintonía con lo que eran antes de ser elegidos.
No hay añadidos de “marketing político”. Lo que sí debería haber, después de la
experiencia del pontificado de Benedicto, es una gestión más atenta por parte
del “staff” a todos los niveles. Cuando acabe la luna de miel es importante no
dejarle solo.
Esto se llama estar Cerca de DIOS. Si DIOS esta con migo quien contra mí
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