domingo, 19 de mayo de 2013

Pentecostés, en la Diócesis, es Día del Seminario


     Los Apóstoles, el día de Pentecostés, esperaban la promesa de Jesús: el Paráclito, el Espíritu de la Verdad, que les guiará hasta la Verdad plena. Llegado el día, el Espíritu Santo invadió el ser de los que estaban allí ―de toda la Iglesia, en definitiva―, que ya nada ni nadie los detuvo para cumplir con el encargo del Señor: “vayan y hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,20).
     Hoy, los seminaristas de nuestro Seminario, imitando en cierta manera la misión de los apóstoles, se desperdigaron por las parroquias de la Diócesis, haciendo presente el Seminario. Fueron para agradecer a los fieles su oración y su ayuda material al sostenimiento de nuestros Seminarios (Mayor y Menor) y a la formación de los futuros sacerdotes.
     Es grande la carencia de sacerdotes que sufre la Iglesia en todo el mundo, y de manera perentoria en Guatemala: hay aún pocas vocaciones. Le agradecemos a Dios las vocaciones de nuestra Diócesis y por la permanencia de nuestros Seminarios, además de que imploramos por un aumento de vocaciones sacerdotales y religiosas para toda la Iglesia.

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