lunes, 3 de enero de 2011

De vuelta al trabajo ordinario

Seminario de Sololá
       En la agenda estaba señalada esta fecha: el regreso al Seminario Mayor, después de unos días de descanso compartidos con la familia. He ido temprano a la iglesia parroquial a celebrar la Santa Misa, pensando en apartar tiempo para ir sin prisas al Seminario, a mi sitio de trabajo; inmediatamente me han requerido para darle la Unción a una señora de 93 años, luego una ligera conversación en la que me requirieron para celebrar otra Misa, esta vez una exequial.
       Al final he llegado al final de la tarde al Seminario. He encontrado al rector del Seminario y a algunos empleados: nos hemos saludado y deseado feliz año. Pero aún está vacío el Seminario. Me he paseado por los pasillos rezando el Rosario, encomendando a los que pronto llenarán de vida nuevamente estas paredes, encomendando su vocación y encomendando el trabajo que iniciaremos el próximo año.
       Gran trabajo el de la formación, que ponemos en manos de Dios: Él lo sacará adelante.

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