jueves, 13 de enero de 2011

Evangelio del día

Mc 1,40-45. “Se acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: Si tú quieres, puedes curarme”. Suplicar de rodillas es una actitud que mueve a la misericordia, pero las palabras que la acompañan la hacen irresistible ante Dios. Es la humildad que agrada a Dios, y no la soberbia y el egoísmo de exigirle sólo cuando necesito. Además, no hay mejor forma de llegar al corazón de Dios que la humildad.

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