sábado, 4 de junio de 2011

¡No! al maltrato infantil

Un niño como tantos
     Hay cosas en la vida que le ponen a uno en qué pensar. El otro día, mientras estaba rezando un rato delante de Jesús en la Eucaristía, sonó la el timbre de la puerta del Seminario. Estaba yo solo, y debía ir a ver quién es. Abrí y vi que era una persona a la que había visto unos días antes en el hospital. Un hombre joven, con cierta invalidez, me había pedido un favor y pensé que insistiría en ello. Al final me dijo más o menos lo que escribo a continuación:
     Ustedes, los sacerdotes, tienen autoridad y son escuchados. Por favor, díganle a la gente que no maltrate a los niños. Dios me ha dicho esta noche, en un sueño, que hay tantos niños que son maltratados y que hay que detener este daño. Está el mal del abuso sexual de los niños, pero también está el aborto. No se dan cuenta [quienes lo hacen] que Dios está enojado por ello.
     Yo estaba, francamente, sin poder responderle, me quedé casi de piedra. Le prometí que rezaría por ello –que es lo que mejor hace un “cura”– y pensé también en este blog. Ahora estoy escribiendo algo sobre ello.
     Ayer, precisamente, me hablaron también de los tantos millones de niños que son abortados, y cómo los promotores de su legalización en distintos países están volviendo a incordiar, y cada vez con más fuerza y más aliados. Pero hemos de comenzar con los que están cerca, con nuestros familiares y amigos que quizá alguna vez pase por su cabeza este horror.

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