martes, 13 de septiembre de 2011

En un día cualquiera

     Una vez más estoy delante de la “compu” y no se me ocurre qué escribir. En los días anteriores tenía planes, incluso, pero como que han huido de mi memoria y las ganas me han abandonado. ¿Será por el dolor de cabeza?
     Aún un dolor de cabeza puede ofrecerse a Dios, ciertamente, aunque las ganas no acompañen o no lo sugieran. Haría falta estar pendientes de Dios frecuentemente para que en las horas reveces surjan casi espontáneamente.
     Ahora recuerdo que tengo muchos que me han pedido que les encomiende y encomiende sus intenciones. Ofrezco estas pequeñas molestias por ellos -¡muchos las tienen mayores!-.
     Al menos el color del texto parece un poco alegre.

2 comentarios:

  1. Otra vez enfermo...? Es por la edad, pero ánimo... espero que se recupere pronto.

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  2. Pobre padrecito con dolores de cabeza, sé muy bien lo que es eso, yo también padezco de eso y crónico. Pero como ustede dice: un dolor de cabeza ofrecido a Dios tiene mucho mérito para la salvación de las almas que lo están necesitando.

    Espero que se mejore.
    Un fuerte abrazo.
    Sor Ángela María.

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