viernes, 27 de marzo de 2015

Otro amigo se ha ido al Cielo


     ¿Cómo será el Cielo, lo que tanto anhelamos los creyentes, por lo que suspira el alma de cualquier ser humano? Las conjeturas que podamos hacer son relativamente innecesarias, pues confiamos plenamente en que Dios nos lo concederá, y con creces. Serán colmadas todas nuestras aspiraciones, alcanzaremos lo que "ni ojo vio, ni oído oyó, ni pasó por el corazón del hombre lo que Dios tiene preparado para los que lo aman" (1Co 2,9).

     Hoy ha partido para el Cielo un sacerdote a quien tanto he admirado, no sólo por su vocación al Opus Dei y al sacerdocio, sino también por su gran cultura. Ha fallecido hoy Don Gustavo González Villanueva.

     Don Gustavo es hijo de un herrero, me comentaron. Me parece que el papá forjó un hombre de hierro, porque gozó de fortaleza en tantos sentidos, también en la salud. De hecho, llevó con entereza y gran sentido cristiano la enfermedad. Mañana cumpliría 80 años de edad.

    En junio del año pasado tuve la oportunidad de escuchar una serie de clases suyas que me ayudaron mucho. En esa convivencia vimos juntos también unos partidos de futbol del mundial, incluso unas películas. Allí aprecié algo de lo que tanto sabía. Nos habló de su trabajo y el entusiasmo con que lo llevaba. Natural de La Antigua Guatemala, sabía mucho sobre la antigua capital de Guatemala, del país y de la evangelización en estas tierras americanas.

     Como muestra la imagen que hemos puesto arriba, gozaba de buen humor, de gran sencillez y espíritu de servicio, que se le recuerda como gran sacerdote, entregado a los demás.

     Con la sonrisa que le caracterizó, habrá podido entrar en el Cielo. Dios mediante haya podido escuchar la alabanza divina: "Siervo bueno y fiel, puesto que has sido fiel en lo poco, (...) entra en el gozo de tu Señor" (Mt 25,23).

     Dejo abajo una semblanza académica suya que encontré en la página de la Universidad del Istmo, en donde también volcó gran parte de su labor magisterial y sacerdotal.

     El Dr. Gustavo González Villanueva es miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua; Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Navarra, España; Doctor en Teología por la Universidad Lateranense en Roma. Ordenado Sacerdote en 1969, ha desempeñado su labor sacerdotal principalmente con universitarios. Director de la Red Internacional de Investigación “Escritores Latinoamericanos”. Profesor extraordinario de Historia de la Universidad del Istmo. Ha publicado: Una mirada al pasado y al futuro de la Iglesia en Centroamérica; La Antigua Guatemala, identidad y proyección; Pensando Centroamérica; El testamento del adelantado don Pedro de Alvarado (el hombre y el mito); los tres volúmenes de Los primeros cristianos de la audiencia de los confines, siendo su última obra La utopía de Francisco Marroquín.

4 comentarios:

  1. Lamentamos el fallecimiento de don Gustavo como cariñosamente le llamábamos pero ala vez entendemos que dios nos tiene un tiempo predestinado a cada persona y nos dice hasta aquí y nos toca irnos al lugar que nos tiene a cada persona pero en lo que estamos aquí tenemos que luchar por hacer el bien a todos como lo hizo don Gustavo y desde el cielo si acudimos a el nos va a ayudar a cumplir la voluntad de dios como el la cumplió hasta el último minuto de su vida que descanse en paz don Gustavo nuestro amigo fiel

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    1. Gracias por su comentario, Juanita Escobar. En el ámbito civil, se trata de perpetuar la memoria de un hombre con homenajes póstumos, que poco beneficio comportará a su alma. Los cristianos confiamos en que Dios premie todos los esfuerzos vividos en la tierra en favor de los demás. Dios la bendiga, amable lectora.

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  2. El poeta guatemalteco Francisco Morales Santos (1940), oriundo de Antigua Guatemala (director de Editorial Cultura del Ministerio de Cultura y Deportes desde el 2008), a sus veintiún años escribió el siguiente artículo (26 de septiembre de 1961), despidiéndose de su amigo GUSTAVO GONZÁLEZ VILLANUEVA, quien partía a Europa a buscar nuevos caminos y como buen hijo de herrero, a forjarlos y forjarse.

    “Kiriká siñor
    Estas palabras pudieron haber sido de algún indio anónimo despidiendo a un héroe del pueblo, no obstante el corazón que admira a los cultivadores de nuestra literatura, porque ya van acercándose a la formación de una literatura netamente nacional, toma con honda alegría esta palabra para despedir al más joven y firme de los novelistas guatemaltecos, al amigo antigüeño Gustavo González Villanueva, que se marcha camino a Europa y a la inmortalidad llevando en sus adentros un grato relicario de creaciones y triunfos indiscutibles.
    Pero desde luego ese adiós que se siente más guatemalense expresado en la lengua de nuestros indios puros, no es el eterno y el triste, toda vez que si nuestro compatriota se marcha es porque lleva el fin de superar su intelecto y difundir nuestras letras.
    Como paisano he sentido la emoción que sin duda cubre la mente y conmueve el espíritu del silencioso intelectual que pasara tantas veces por las calles de nuestra Antigua Guatemala, perdido entre el bullicio y la incomprensión de los transeuntes que jamás se imaginaron la fuerza creadora que posee y que hace un año principiara a revelarse al ser galardonado en Bellas Artes, en la rama de cuento; para culminar este 15 de septiembre con el primer premio de los Juegos Florales Centroamericanos de Quezaltenango y en la rama de novela. Este verbo culminar, comprendo que no es del caso; ya que Gustavo González está en la plenitud, está entre el desborde lírico de la aurora y el abrazo del sol del mediodía; quiero decir: vive la juventud.
    Cuando mi palabra se oiga, quizá él ya esté muy lejos; pero queda su nombre por las calles, por los parques y más que todo en la naturaleza de nuestra Guatemala, de nuestra autóctona tierra de la cual tomara esta sonora y simbólica palabra, Kiriká (adiós), que esperamos no sea para siempre.
    Toda Guatemala sabe ya que Kiriká es el nombre de la novela escrita por Gustavo González Villanueva y que obtuvo el primer premio en Quezaltenango y claro está que si el señor la ha titulado en dialecto regional, para entendernos mejor le decimos «Kiriká siñor».
    Francisco Morales Santos
    Antigua, septiembre, 1961.”

    TOMADO DE: Morales Santos, Francisco; “Kiriká siñor”. Guatemala : El Imparcial, martes 26 de septiembre de 1961. Página 9.

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    1. Muchísimas gracias por esta referencia, que me ha hecho recordar con emoción a nuestro querido amigo y hermano. Dios lo bendiga.

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