sábado, 28 de mayo de 2016

Una gratificante aventura

     Parte de mi familia (la familia de un hermano, dos sobrinos más) tuvimos la oportunidad hoy de realizar una actividad de buen ocio que fue gratificante: el ascenso al volcán de Pacaya, al menos en la parte posible.

     El plan era madrugar un tanto para subir pronto el volcán y apreciar lo que el día nos pueda regalar, además de un descenso a buen tiempo. Comenzamos a subir el volcán a las cinco de la mañana. Tomando en cuenta que iban dos niñas con nosotros, lo hicimos a un ritmo aceptable y factible para ellas, sin desmerecer el esfuerzo.

    Tuvimos un amigable guía que nos mostró el río de lava que habiéndose enfriado ya estaba sólida y rocosa, una "caverna" por donde, en su tiempo, salía la lava y nuestro conveniente desayuno en el "Cerro Chino". Mientras desayunábamos apreciamos una vista impresionantes del volcán y el cráter que está activo, además del paisaje que se extendía a nuestros pies. 

     Al bajar del volcán nos dimos cuenta que fue un regalo que pudiéramos apreciar el paisaje, pues se fue nublando cada vez más y no se dejaba ver el paisaje.

     En fin, hemos disfrutado en familia una excursión simpatiquísima, sin siquiera "despeinarnos", sin necesidad de hacer grandes planes.

     Les dejo unas fotos.




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