lunes, 22 de agosto de 2016

Hermanos de todos...

     Ayer escuchamos la maravillosa profecía de Isaías (66,18-21) que auguraba la reunión de todos los pueblos en uno, en el de Dios. También el evangelio según Lucas lo propone (13,22-30).

     En verdad, el cristiano debería tener el corazón abierto a todos. Ojalá fuéramos ciudadanos del mundo, valorar lo que los demás y uno mismo tenemos y darlo para bien de los demás.

     He descubierto este video en la red y me gusta mucho verlo. Me emociona siempre que lo veo. Al respecto, todos estamos orgullosos de lo que somos y de dónde somos. Hemos de cultivar esta virtud. Pero este sentimiento no nos impida ver lo bueno que hay en otro. Que disfruten el video.

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