Éste es José Carlos Ruiz, actor. |
En el Facebook enlacé un artículo el otro día sobre las cosas que le hacen la vida imposible a los sacerdotes; yo como sacerdote me sentí identificado con la lista que hacía el articulista.
Con mis alumnos hemos estado considerando en las charlas de formación que un candidato debe fijarse en lo que los feligreses esperan de un sacerdote: ese es el parámetro para medir su exigencia y poner sus metas.
Es claro que la feligresía y las necesidades parroquiales son verdaderamente exigentes, a veces demasiado exigentes que no perdonan al sacerdote sus defectos o sus "metidas de pata", quisieran que fueran sobrehumanos. A veces veo que falta caridad en esto.
Aún así, hay mucha razón en esas expectativas: al sacerdote lo quieren paciente, misericordioso, cercano, sencillo, sabio, deportista, de buen porte, orador, pero, sobre todo, santo. ¡Qué perfil tan alto! ¿Habrá quién lo podrá llenar?
Dios ayude a los seminaristas a formarse bien. Dios nos ayude a los sacerdotes a estar a la altura de lo que nos fue confiado.
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