Qué alegría contar con los medios, pero no se ha de perder de vista que lo quien mueve los corazones y da la vocación es Dios, y al Él hay que pedírselas muchas veces. De hecho, las tarjetas que editaron tiene transcrita una oración con este fin.
Aquí, en España, el panorama es menos alentador que en Sololá. He estado rezando también para que aquí surjan vocaciones sacerdotales.
Saludos a los Seminarios Mayor y Menor de Sololá.
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