viernes, 16 de abril de 2010

Conversión cristiana y evangelización (II)


Hoy termina el Simposio de Teología en la Facultad. Ha habido más temas muy interesantes sobre la evangelización y la conversión cristiana.

A propósito de estos temas, ¿Puede ser compatible la evangelización y la libertad personal? ¿Puede hablársele sobre la fe y la Iglesia a una persona que, incluso, ha dicho que no quiere saber nada?

“Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1Tm 2,4), y por eso hay que hablarles de Dios y de su salvación.
Por parte nuestra, los que tenemos el don de la fe, tenemos el mandato misionero de “ir a todas las gentes y proclamar el evangelio”; es un deber intrínseco de nuestro ser de cristianos.

Por parte de los que no conocen a Cristo, tienen el deber moral de buscar la verdad y, habiéndola encontrado, adherirse a ella. Si no, ¿cuál sería su norte en la vida?
De ahí que la libertad que proclaman a voces hoy, no es más que muestra de un egoísmo.

Compelle intrare, dice el evangelio (Lc 14,23); “oblígales” a entrar a mi fiesta, a gozar de mi salvación.

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