jueves, 31 de marzo de 2011

Evangelio del día

Lc 11,14-23. “[Jesús] estaba expulsando un demonio que era mudo. Y cuando salió el demonio, habló el mudo”. Muchos autores espirituales han visto en este pasaje al demonio que, metiendo vergüenza o prejuicios, causa la falta de sinceridad. ¡Cuántas veces sentimos esta tentación en la Confesión, en la dirección espiritual o en la vida cotidiana! “La sinceridad es indispensable para adelantar en la unión con Dios. –Si dentro de ti, hijo mío, hay un “sapo”, ¡suéltalo! Di primero lo que no querrías que se supiera. Una vez que se ha soltado el “sapo” en la confesión, ¡qué bien se está!” (Forja 193).

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