domingo, 21 de octubre de 2012

La grandeza de la virtud


     Me encantó una frase que acabo de leer, recordando mi lectura de la obra maestra de Cervantes:
     «Mira, Sancho –le dice Don Quijote a su especial y apegado escudero–, si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay que tener envidia a los que tienen príncipes y señores; porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale».
     Se trata de una de los célebres consejos que da Don Quijote a quien gobernare su Ínsula Barataria.
     La virtud, venga de quien venga, siempre es agradecida y preciada, y atrae más que la alcurnia o la procedencia. La virtud se busca, el nacimiento se “recibe”. La virtud se trabaja y consigue, la herencia no es mérito nuestro.

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