La tierra "donde uno dejó el ombligo" suelen llamar al lugar de origen. Si a todos los que nos visitan les resulta encantadora nuestra tierra y su gente, ¿cómo no sentirnos dichosos por ello? Esto debe embargarnos un orgullo honesto.
Esta canción de Nelson Leal puede ser un paréntesis en la cruda realidad que a veces a nuestra gente le toca vivir o algunos se empeñan en querer resaltar, cuando hay muchas más cosas positivas que deben incentivarnos.
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