Desde la izq: P. Walver, P. Carlos (Rector), P. Melecio y un servidor. |
Saben que he cambiado de lugar de trabajo, y que estoy ahora como formador en el Seminario de La Asunción, Guatemala. Aunque a veces le entre un cierto miedito a uno debido a la novedad de la experiencia, gracias a mis hermanos sacerdotes y a la buena acogida de los seminaristas, ya me siento como en casa.
Ayer tuvimos una noche cultural en la que se dio la bienvenida a los nuevos: a los de Primero de Teología, que pasaron a esta etapa, y a los formadores nuevos, que somos tres de cuatro. Fue una velada muy pero muy alegre, nos contagiaron la juventud de los muchachos.
Hoy hemos comenzado la segunda semana, me estoy metiendo en la organización. Ya me sé unos 25 nombres y rostros, tengo la tarea de aprenderme los siguientes. En mis clases de Exégesis (Bienio) tengo 70 alumnos (¡!); la labor de ayudar personalmente a los seminaristas será ardua, intentaremos alcanzar la meta.
Mañana, lunes, un normal día académico y de formación.
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