La Virgen de la Asunción a la izquierda de la imagen. Éste es el presbiterio de la Capilla del Seminario Mayor. |
Ahora mismo ya me siento como en casa, gracias a que más o menos conozco el ambiente y a las personas, pero, sobre todo, gracias a los hermanos sacerdotes con quienes he compartido ya estos días, que han hecho estos días muy como en familia. Personalmente he experimentado mucha confianza y ayuda mutua, que ya me siento en casa.
Durante la mañana, pero más por la tarde, estamos dando la bienvenida a los jóvenes que vuelven a su casa, en esta etapa de Teología en donde nos toca laborar. Los rostros son conocidos, siempre sonrientes en este inicio de año -esperamos colaborar para que se mantengan así hasta el fin-.
Los cambios que puedan notar los seminaristas son mínimos, pues la estructura está instituida. Con la ayuda de ustedes -con su oración- podemos mejorar.
Mientras siguen llegando los seminaristas, que serán en número de más de cien, nos iremos preparando para la celebración de la Santa Misa con que iniciamos este año. A la Virgen de La Asunción confiamos nuestros buenos propósitos e ilusiones de este año.
Cuenta con mi oración y afecto. No lo tendrás fácil, pero nada hay imposible para Dios. Ánimo y siempre adelante. Un abrazo.
ResponderEliminarÉste es un privilegio que me ha tocado. Gracias por sus oraciones y sus ánimos. Iremos comentando cómo irá esta aventura. Saludos cordiales, P. Ángel.
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EliminarFelicidades en su nueva misión, esperamos verle pronto, bendiciones, y cuando quiera, ésta es su casa, en San José Pínula.
EliminarMuy agradecido, P. O. Enrique. A ver si logramos echarnos una vuelta por allí. Será un gusto saludarte. Dios te bendiga.
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