lunes, 18 de enero de 2016

Trabajo ordinario, pequeño, pero valioso ante Dios


     "Llenen de agua aquellas tinajas. Y las llenaron hasta arriba" (Jn 2,7). Es la lectura de ayer en la Misa, la del milagro de las Bodas de Caná.

     Quizá aquellos sirvientes no entendieron qué les estaban mandando (obedecieron a aquella Mujer, a quien conocerían); después sabrían. Y lo cumplieron bien, pues llenaron aquellas vasijas hasta arriba. Y Jesús hizo el milagro.

     Mi trabajo, escaso, pequeño, poco puede hacer. Pero es Dios quien da el crecimiento, quien lo hace eficaz.

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