miércoles, 25 de agosto de 2010

Dios y las circunstancias

Mientras venía de la iglesia a mi casa, un joven le preguntaba a otro por una dirección. Estando yo cerca, y sabiendo dónde estaba, le indiqué por dónde. La dirección que buscaba estaba en la misma calle en que vivo. Al seguir su camino, me dijo: “Es una suerte que haya coincidido con usted”.

Algunos diarios cambian, como indica Chesterton, estas palabras: “sobrenatural” por “extraordinario”, “sacerdote” por “señor” o “caballero”, “Dios” por “circunstancias” y, agregaríamos, “providencia” por “suerte” o "coincidencia" o "casualidad".

Para quien tiene fe no existen las coincidencias o el destino inexorable. Dios, como buen artista, saca de todo instrumento las mejores notas musicales.

Creo que aquel joven no me reconoció como sacerdote –a pesar ir perfectamente identificado–.

No hay comentarios:

Publicar un comentario