sábado, 29 de septiembre de 2012

En la Fiesta de los tres Arcángeles


     Unas notas podrían ayudarnos:
     El nombre de “ángel” proviene del griego a;ggeloj, que se traduce por “mensajero”. Los seres angélicos son espirituales. Pero hay, en la corte celestial, distintos grados de seres angélicos; otro de ellos es el de “arcángel”, que se deriva del griego avrc´h, (“principio” o “principal”) y a;ggeloj: viene a significar uno de los ángeles principales.
     Por la Sagrada Escritura conocemos el nombre de tres Arcángeles: Gabriel (Dn 8,16; Lc 1,19.26ss.), Miguel (Dn 10,13.21; 12,1; Jd 9; Ap 12,7-9) y Rafael (Dn 3,17;12,15), tres “de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor” (Dn 12,15).
     El libro apócrifo de Enoc ofrece el nombre de los otros cuatro arcángeles: Uriel, Barachiel (o Baraquiel), Jehudiel y Saeltiel. Estos nombres no son enseñados por la Iglesia como los propios de esos “siete espíritus”, protagonistas estos en varias ocasiones en la Sagrada Escritura (Za 4,10b; Ap 8,2). El libro de Enoc no forma parte de los libros de la Biblia.
     Ahora bien, al celebrar la Fiesta de estos Arcángeles le pedimos a Dios gocemos de la protección en la tierra de los que Le sirven constantemente en el Cielo. Resulta consoladora esta protección, entre tanto barullo en que nos quiere meter el Demonio.
     El Catecismo indica que “desde su comienzo a la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. ‘Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida’ (San Basilio). Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios”.
     Un libro que les puede ayudar, si logra caer en sus manos, es “Mi ángel marchará ante ti” de George Huber, periodista católico. 

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