viernes, 8 de enero de 2016

Iniciamos labores en el Seminario de La Asunción

La Virgen de la Asunción a la izquierda de la imagen. Éste es el presbiterio de la Capilla del Seminario Mayor.
     Como les compartía en la entrada anterior, después de los días de retiro que hemos culminado, comenzamos labores normales hoy en el Seminario. Ahora estoy ubicándome en este lugar, ahora en situación distinta, no como un catedrático que viene a ayudar con las clases de un día para otro cada semana, sino como un formador de planta, que le toca estar aquí todos los días.

     Ahora mismo ya me siento como en casa, gracias a que más o menos conozco el ambiente y a las personas, pero, sobre todo, gracias a los hermanos sacerdotes con quienes he compartido ya estos días, que han hecho estos días muy como en familia. Personalmente he experimentado mucha confianza y ayuda mutua, que ya me siento en casa.

      Durante la mañana, pero más por la tarde, estamos dando la  bienvenida a los jóvenes que vuelven a su casa, en esta etapa de Teología en donde nos toca laborar. Los rostros son conocidos, siempre sonrientes en este inicio de año -esperamos colaborar para que se mantengan así hasta el fin-.

     Los cambios que puedan notar los seminaristas son mínimos, pues la estructura está instituida. Con la ayuda de ustedes -con su oración- podemos mejorar.

     Mientras siguen llegando los seminaristas, que serán en número de más de cien, nos iremos preparando para la celebración de la Santa Misa con que iniciamos este año. A la Virgen de La Asunción confiamos nuestros buenos propósitos e ilusiones de este año.

5 comentarios:

  1. Cuenta con mi oración y afecto. No lo tendrás fácil, pero nada hay imposible para Dios. Ánimo y siempre adelante. Un abrazo.

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    1. Éste es un privilegio que me ha tocado. Gracias por sus oraciones y sus ánimos. Iremos comentando cómo irá esta aventura. Saludos cordiales, P. Ángel.

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    3. Felicidades en su nueva misión, esperamos verle pronto, bendiciones, y cuando quiera, ésta es su casa, en San José Pínula.

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    4. Muy agradecido, P. O. Enrique. A ver si logramos echarnos una vuelta por allí. Será un gusto saludarte. Dios te bendiga.

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