Recientemente, el Santo Padre ha hecho un viaje "ecuménica y humanitaria" a la isla de Lesbos, Grecia (sábado 16 de abril), al campamento de refugiados de Mòria. En su viaje de vuelta, los periodistas, como suelen, le preguntaron de todo, muchas veces para tirarle de la lengua y a ver si no le hacen caer en algo o dice lo que ellos quieren escuchar (leer aquí).
Entre preguntas respondidas, hubo una muy provocativa. Me imaginaba al Santo Padre tratando de dominarse para no ofender a Dios y a los periodistas. El aplomo del Santo Padre la verdad y su caridad son maravillosas. Sigamos encomendando al Santo Padre.
Le preguntaron: ¿Por qué puso en una nota y no en el texto la referencia al acceso a los sacramentos? A lo que respondió:
Escuche, uno de los útlimos Papas, hablando sobre el Concilio, dijo que había dos concilios: el Vaticano II, en San Pedro, y el de los medios de comunicación. Cuando convoqué al primer Sínodo, la gran preocupación de la mayor parte de los medios era: ¿podrán comulgar los divorciados que se han vuelto a casar? Como yo no soy santo, esto me dio un poco de fastidio y un poco de tristeza. Porque esos medios no se dan cuenta de que no es ese el problema importante. La familia está en crisis, los jóvenes ya no quieren casarse, hay una disminución de la natalidad en Europa que es para llorar, la falta de trabajo, los niños crecen solos… Estos son los grandes problemas. No me acuerdo de esa nota, pero si está en una nota es porque se trata de una cita de la «Evangelii gaudium».
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