viernes, 29 de abril de 2016

Hermosa flora en el Seminario

     El agua de mayo se ha adelantado a abril, y ha venido a aliviar los calores de estos días. Poco se lo hemos agradecido a Dios, que nos bendice. Le pedimos que las canículas de los siguientes días no vayan a extenderse.

     Ayer mismo, regresando de dar clases en Sololá, me alcanzó una lluvia torrencial que movía el carro en el que estaba. Estaba saliendo del Seminario, adentrándome en el pueblo cuesta arriba, cuando vi venir la corriente de agua que iba creciendo y creciendo, hasta alcanzar el agua más de un pie de altura mientras bajaba por la calle. A duras penas conseguí avanzar un poco, tratando de guarecerme en algún sitio para que no me arrastre la corriente. Se paralizó el tráfico. Cuando pudimos avanzar un poco, vimos dos carros que se habían dado un buen golpe que terminaron con el bumper roto.

     En los jardines del Seminario de La Asunción, tan bien cuidados por los alumnos, ya ha empezado a reverdecer la grama, las flores están tomando fuerza, el ambiente se vuelve más alegre, propio de la naturaleza viva. Nosotros, disfrutando del entorno.

     Junto al comedor se encuentran estas hermosas buganvilias cuya foto adjunto. Cuando las vio un sacerdote amigo, dijo: “estas flores son agradecidas”, porque estaban tan esplendorosas como en la imagen mientras no había caído gota de lluvia alguna todavía; en plena temporada seca estaban llenas de flores de tan exuberante color, que adornan nuestro paso.

     Como decíamos arriba, le agradecemos a Dios por la lluvia, tan necesaria para que estemos vivos.


Las imágenes de San José y de la Virgen, que quedaron en la foto debajo de las flores.

Subiendo hacia el comedor del Seminario.


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