sábado, 4 de septiembre de 2010

El por qué de la familia

Hoy mismo, en la conversación de la cena, hablábamos con mis compañeros que somos de familias numerosas: el número de nuestros hermanos se cuentan con los más dedos de una mano.

En la familia se aprenden las virtudes que sirven de base para la convivencia en la sociedad. Cuánta soledad sufre un hijo único -aunque no ha sido culpa suya-. En nuestro caso, la de mis compañeros y yo, aunque se hayan pasado estrecheces, ¡de cuánta alegría gozamos!


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