viernes, 10 de septiembre de 2010

"Evangelio del día"

Nos enamora cómo algunos santos, al buscar respuesta a las cuestiones de la vida, han ido a abrir la Biblia, y encuentran con que la página que abren al azar es lo que andaban buscando (por ejemplo: San Agustín).


Con probabilidad no será lo que nos ocurra a ti y a mí. Sin embargo, es cierto que Dios nos habla en su Palabra, que nos busca día a día, quiere estar con nosotros. Tantas veces queremos saber la voluntad de Dios y él ya nos la ha dicho.

Presencia de Dios, silencio interior, humildad…: es lo que necesitamos para leer el evangelio. ¡Cuánta riqueza encontramos en la Palabra de Dios!

Por eso me he propuesto sugerirte alguna palabra, alguna consideración, algún ejemplo…, para que tú, al leer el evangelio que corresponde a la liturgia de la Misa del día, puedas dialogar con Dios y sentirte alegre y motivado a buscarle más. Me consideraré bien pagado si alguna vez te ayuda esta iniciativa.

Hoy he considerado esto:

Evangelio del día: Lc 6,38-42. “¿Cómo puedes decir a tu hermano: hermano, deja que saque la mota que hay en tu ojo, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo?” (Lc 6,42). Con esta pregunta, el Señor no nos libra de corregir al hermano, sino que nos indica que debemos esforzarnos por mejorar nuestra vida, anates de ayudar a nuestro hermano.

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