jueves, 24 de octubre de 2013

Historias que te hacen pensar (XII)

     Cierta conversación con Dios…
     Dios, ¿puedo hacerte una pregunta?
     Claro.
     ¿Me prometes que no te molestarás?
     Te lo prometo.
     ¿Por qué permitiste que me pasaran tantas cosas hoy?
     ¿A qué te refieres?
     Bueno, me levante tarde. Dios: Sí.
     Mi auto tardo mucho en arrancar.
     Ok.
     En el almuerzo hicieron mal mi sándwich y tuve que esperar.
     Huuummm.
     De camino a casa, mi celular se descargo, justo en cuanto contesté una llamada.
     Entiendo.
     Y para colmo de males, llego a casa con la intención de disfrutar mi maquina de masajes para pies y relajarme, pero no pude hacerla funcionar. ¡Nada me salió bien hoy! ¿Por qué me hiciste esto?
     Déjame ver, el ángel de la muerte estaba en tu cama esta mañana, y tuve que enviar a uno de mis ángeles a luchar con él por tu vida. Te dejé durmiendo mientras duró.
     Yo (humillado), dije: ¡Oh!
     No dejaba que tu auto arrancara porque había un conductor ebrio en tu ruta que te hubiese chocado si fueras en camino.
     Yo, apenado, escuchaba.
     La primera persona que te preparó el sándwich hoy estaba enferma y no quería que te contagiaras, pues sé que lo último que deseas es faltar al trabajo.
     Yo, avergonzado: Ok.
     Tu celular se apagó porque la persona que te llamaba iba a dar falso testimonio de la llamada, y no permití que siquiera alcanzaras a hablar con ellos para protegerte.
     Esta vez, suavemente, me salió: Ya veo Dios.
     ¡Ah! Y la máquina de masajes. Tenía un corto que iba a causar un apagón en tu casa fundiendo los fusibles. E imaginé que no querrías quedarte sin luz toda la noche.
     Lo siento, Dios.
     No te apenes, solo aprende a confiar en mí… en todas las cosas, las buenas y las malas.
     Confiaré en ti, Dios.
     Y no dudes que mi plan para tu día es siempre mejor que tu plan.
     No lo haré Dios. Y solo déjame decirte ¡gracias por todo lo de hoy!
     De nada hijo mío. Fue solo un día más siendo tu Dios y adoro velar por mis hijos.

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