domingo, 13 de octubre de 2013

¡Alegre excursión la de este fin de semana!

     Ha venido de perlas dejar un rato los quehaceres normales para echar un respiro en esta importante pero algo fatigable ruta de final de curso académico. Como en otro año, este fin de semana, en el Seminario, hemos tenido excursión por grupos.
     Yo me sumé a un grupo pequeño, al de los de segundo de teología y nos fuimos a San Martín Sacatepéquez, Quetzaltenango, a la Laguna de Chikabal, ubicada en el cráter del volcán del mismo nombre.
    Después de saludar a la Virgen del Rosario, en la Catedral Arquidiocesana en Quetzaltenango, y felicitar a Mons. Mario Alberto por su cumpleaños que celebra hoy, tuvimos un rato de recreación.
     La mañana de hoy hemos saludado al P. Quique Jarzebski, párroco de La Esperanza, Quetzaltenango, que gentilmente nos dejó celebrar la Eucaristía en su parroquia, con la comunidad parroquial. ¡Han sido tantas sus atenciones, que necesariamente le estamos agradecidos! Lo mismo que con la familia de Mario, uno de los seminaristas, nacido en San Cristóbal Totonicapán, en donde pernoctamos anoche.
     Luego nos aventuramos a subir el Volcán de Chikabal. ¡Impresionante!, además de algo cansado. Pero el esfuerzo estuvo bien recompensado, pues nos hizo un día muy bueno. Tomamos un camino que es una especie de rodeo, para llegar a la laguna. La vuelta la hicimos por el camino más típico: unas 500 escalas que hay que subir para llegar al mirador. Pensándolo, y se lo comentaba a uno de nuestros compañeros de fatigas, que si los mayas no se hubieran adueñado del terreno y acaparado la atención cultural, quedaría muy bien, en esa escala, un viacrucis. Francamente, requiere un buen esfuerzo alcanzar la cima de la escala.
     Hemos vuelto al final de la tarde, muy contentos de la experiencia. Ahora, “a echarle ganas” a este último tramo.
Así luce estos días la Virgen, en la Catedral de Quetzaltenango.

Así han celebramos a la Virgen en Xela (Quetzaltenango).

Una vista aérea del volcán de Chikabal y su laguna.

Otra vista, ésta, desde el mirador.

Ésta es la laguna.

La inscripción indica el camino a la laguna, para no perderse.

Esta inscripción se encuentra en un sitio estratégico, para que todo viajero la divise al pasar por ahí.

La bendita escala que nos "sacó el jugo". ¡Con qué ahínco la subimos! Gracias a Dios el corazón aguantó el atentado...

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