jueves, 31 de octubre de 2013

La familia de Dios, nuestra familia

     Ya termina Octubre, estamos a las puertas del mes de Noviembre. Mañana y pasado dan la pauta de lo que celebramos y la Iglesia nos enseña ahora: la Comunión de los Santos.
     Esto es lo que enseña el Catecismo: “La expresión ‘comunión de los santos’ tiene dos significados: ‘comunión en las cosas santas’ y ‘comunión entre las personas santas’” (n. 948).
     El final del capítulo 7 de Apocalipsis y el comienzo del 8 es maravilloso: 144,000 del pueblo judío y una muchedumbre incontable que, con la túnica blanqueada por su fidelidad a Dios y al Cordero, gozan de Dios.
     ¡Y somos hermanos suyos! En efecto, la familia de Dios es inmensa, gozosa, incomparable, y de ella formamos parte nosotros, la Iglesia en sus tres estados: triunfante (los que gozan de Dios en el Cielo), purgante (los que están en el Purgatorio) y militante (los que peregrinamos todavía en la tierra deseando llegar al Cielo).
     Cuando participemos de la Santa Misa, mañana, que experimentemos esta reconfortante compañía de los santos, del Santo, pues participamos de su vida divina.

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