martes, 29 de octubre de 2013

Para juzgar, tener los elementos necesarios

Algo similar dimos al seminarista examinado.
     Hoy, en el Seminario de La Asunción, he estado en una terna examinadora sobre el trabajo de un seminarista. Me ha tocado que juzgar el trabajo escrito y la exposición. Estudié el escrito, ciertamente. La experiencia va dando ciertos instrumentos para poder emitir el juicio.
     El tema era sobre la misión y su desarrollo histórico. El trabajo y el juicio sobre él ha traído a colación temas de historia y los inicios de la evangelización en América. Durante el examen, por momentos, los juicios que hicieron los protagonistas sobre si la Iglesia se equivocó entonces me parecieron fáciles, reduccionistas, tendentes, que no me pareció correcto dejarlos en esa apreciación.
     No sé lo que haya pensado el seminarista ante la terna, pero me pareció oportuno intervenir así. Con esto casi concluimos el curso académico, al menos en las formalidades.
     Tras un tiempo de tantas vueltas debido al fin de curso, también tras un tiempo de no escribir, tan siquiera unas letras.

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