Tradicionalmente, este día se recuerdan
los dolores de la Virgen al pie de la Cruz (Stabat Mater dolorosa, iuxta crucrem lacrimosa, dum
pendebat filius). Es el último viernes
de Cuaresma.
Estando tan avanzada la Cuaresma es
necesario que nos planteemos el grado de aprovechamiento que hemos tenido de
este tiempo de gracia. ¿Ya te has confesado?
Hay dos mandamientos de la Iglesia a los
que alguno puede ponerle pega, o más si se quiere: la Confesión (confesar los
pecados al menos una vez al año), y que en este tiempo de Cuaresma se hace más
propicio cumplirlo, y el de la Santa Misa (oir Misa entera todos los domingos y
demás fiestas de precepto).
Ahora bien, ¿te has preguntado quién es el
interesado de que tengas la OBLIGACIÓN de acceder a estos sacramentos? Alguno
podría aventurar que es libre y que nadie le puede obligar a hacer algo. Pero,
1) ¿no obliga el papá a su hijo para que se tome la medicina o el alimento,
aunque se empecine en no querer hacerlo, ya que sabe que es lo mejor para el niño?
2) ¿Gana algo Dios con que yo me confiese o comulgue? Más bien, me parece que
soy yo –tú- el beneficiado, porque el Creador de todo cuanto existe no le hace
falta la poca –escasa- alabanza que le tribute.
Entonces, ¿ya te has confesado en esta
Cuaresma?
No hay comentarios:
Publicar un comentario