jueves, 15 de marzo de 2012

¿Existe Dios? ¿Puedo ser imparcial en la respuesta?


     La respuesta es obvia, o quizá no lo es tanto..., pues hay tantos que no creen en Él. Hoy me comentaba un seminarista, de un amigo suyo que cree sólo en un Dios Supremo, es decir –así lo interpreto-, admite que haya otras divinidades.
     Escribió Blas Pascal, aquél polifacético filósofo francés del siglo XVII: “O Dios existe, o no existe. ¿Por cuál de las hipótesis apuesta?  Por ninguna de las dos. La respuesta apropiada es no apostar por ninguna. Se equivoca usted. Es preciso apostar quiérase o no. No le queda remedio”.
     Viene esto a propósito de una frase del evangelio de la Misa de hoy: “El que no está conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama” (Lc 11,14-23, especialmente v. 23).
     No cabe quedarse en el anonimato, no puede uno ser “imparcial” en la respuesta a Jesús, porque Él no es un artista o un astro del deporte a quien se pueda o no se pueda seguir; no es un político o un accionista de cualquier tipo. En fin, no puede uno decir, como ahora es tristemente frecuente escuchar: “Yo soy católico pero no practicante”.
     ¿De qué partido eres? ¿Eres o no eres de Jesús? No vale medias tintas.

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