martes, 11 de marzo de 2014

Día de celebración sacerdotal

El P. César, al terminar la Santa Misa.

El P. César, presto para apagar la vela del pastel.
Así lucía la iglesia de Itzapa, hoy, aunque todavía sin estar llena de gente.

     La primera parte de la jornada fue de fiesta: hoy celebramos en San Andrés Itzapa los 25 años de sacerdocio del P. César Alonzo, más conocido como “P. Zaro”. Además de una prédica-meditación que nos dio el mismo agasajado salpicada de abundantes anécdotas que la hicieron alegre―, celebramos la Santa Misa celebrada por Mons. Gonzalo y concelebrada por el de la fiesta y los que lo acompañábamos, quizá unos 60 sacerdotes.
     Se dicen pronto y también se viven como un suspiro 25 años, pero lo que cuenta es el tiempo vivido para ayudar a las almas. ¡Muchas felicidades, P. César, por este redondo aniversario! Dios siga bendiciendo su labor.
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     Por la tarde, además de la jornada académica que me corresponde los días martes, tuve, luego, una alegría grande. Concluidas mis clases, me dispuse para hacer un rato de oración, y lo quise hacer en el Santuario Eucarístico que está junto al Seminario de La Asunción, en donde está la Capilla de Adoración semiperpetua. Mi sorpresa fue que quien reservó el Santísimo Sacramento fue Mons. Raúl Antonio.
     Terminada la Reserva me fui a saludarle. Y nos pusimos a conversar de todo un poco, de tiempos pasados y tiempos presentes, también de tiempos futuros sobre todo y sobre todos... Viendo, luego, el reloj, se dio cuenta que era hora de la cena y me invitó a cenar en su casa.
     Hacía tiempo que no platicaba con Mons. Raúl. Pocas veces había tenido la oportunidad de saludarle y ahora he aprovechado esta oportunidad.
     De entre todos los temas tratados, entreví que tuviera aún las ganas de aprender. Sabido es que a Mons. Raúl le gusta leer bastante y que por eso sabe muchas cosas.
     En fin, hoy ha sido un día tan diverso y alegre.

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