El P. César, al terminar la Santa Misa. |
El P. César, presto para apagar la vela del pastel. |
Así lucía la iglesia de Itzapa, hoy, aunque todavía sin estar llena de gente. |
La
primera parte de la jornada fue de fiesta: hoy celebramos en San Andrés Itzapa
los 25 años de sacerdocio del P. César Alonzo, más conocido como “P. Zaro”. Además
de una prédica-meditación que nos dio el mismo agasajado ―salpicada de abundantes anécdotas que la
hicieron alegre―, celebramos la Santa Misa celebrada por Mons. Gonzalo
y concelebrada por el de la fiesta y los que lo acompañábamos, quizá unos 60
sacerdotes.
Se dicen pronto y también se viven como un
suspiro 25 años, pero lo que cuenta es el tiempo vivido para ayudar a las
almas. ¡Muchas felicidades, P. César, por este redondo aniversario! Dios siga
bendiciendo su labor.
*****
Por la tarde, además de la jornada
académica que me corresponde los días martes, tuve, luego, una alegría grande. Concluidas
mis clases, me dispuse para hacer un rato de oración, y lo quise hacer en el
Santuario Eucarístico que está junto al Seminario de La Asunción, en donde está
la Capilla de Adoración semiperpetua. Mi sorpresa fue que quien reservó el
Santísimo Sacramento fue Mons. Raúl Antonio.
Terminada la Reserva me fui a saludarle. Y
nos pusimos a conversar de todo un poco, de tiempos pasados y tiempos
presentes, también de tiempos futuros sobre todo y sobre todos... Viendo,
luego, el reloj, se dio cuenta que era hora de la cena y me invitó a cenar en
su casa.
Hacía tiempo que no platicaba con Mons.
Raúl. Pocas veces había tenido la oportunidad de saludarle y ahora he
aprovechado esta oportunidad.
De entre todos los temas tratados, entreví
que tuviera aún las ganas de aprender. Sabido es que a Mons. Raúl le gusta leer
bastante y que por eso sabe muchas cosas.
En fin, hoy ha sido un día tan diverso y alegre.
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