miércoles, 5 de marzo de 2014

Hoy, Miércoles de CENIZA

     Hoy comienza la Cuaresma de este año. He escuchado y leído también en los días anteriores una consideración piadosa: haz un propósito para cumplir en esta Cuaresma. A mí me parece que más que un propósito, debemos ser más ambiciosos en nuestras metas: lograr la conversión. En efecto, la Cuaresma es una nueva oportunidad (no podemos decir: “otra Cuaresma” sino “la Cuaresma”) para darle un vuelco a la vida.
      Preparando la homilía para mañana, me detenía a considerar, ayudado de Romano Guardini (Signos Sagrados), en la fugacidad de la vida. “Caducidad: eso viene a significar la ceniza. Nuestra caducidad; no la de los demás. La nuestra; la mía”.
     Hoy las iglesias estarán llenas ¡más que el día de Pascua o la fiesta patronal de los pueblos!―; aunque lleguen tarde a Misa ―o incluso que no puedan llegar―, se acercarán a pedir que les pongan la ceniza en la cabeza ―o que se las pinten en la frente, según una, me parece, no tan acertada tradición (la ceniza se echa en la cabeza)―.
     A los católicos, que no se nos olvide practicar hoy el ayuno.

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