La foto que nos hicimos el jueves, después de la plática de Mons. Gonzalo, también en la foto. |
Todo debería ser motivo de acción de
gracias a Dios, pero hay algunas cosas que lo propician y lo hacen fácil,
aflora con naturalidad. Para mí, y también para muchos que están en la labor,
lo es especialmente la recién terminada convivencia vocacional en nuestro
seminario diocesano.
Vinieron más de 50 jóvenes, la mayoría
dispuestos a decir sí a Dios para formarse como sacerdotes. De ellos, sólo tres
eran “maestros” (estudiaron Magisterio), había bachilleres abundantes (de
diversas orientaciones), un “veterano” de un poco más de treinta años, un “ex-guardia
de seguridad” con sus estudios hechos...
Lo ideal sería que cada uno hubiera sido
trabajado con anterioridad, que hubiera sido ayudado para estar ya preparado a
la hora de venir; esa es la meta.
¿De dónde vienen estos jóvenes? De la
oración incesante de tantos cristianos –especialmente de esta partecita de la
Iglesia- que ayudan y siguen dispuestos a ayudar a la formación de los futuros
sacerdotes.
Ponemos en manos de Dios la formación en
el próximo año académico y su preparación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario