jueves, 8 de noviembre de 2012

Terremoto en Guatemala


     El día de ayer, a las 10:35 de la mañana, se movió todo. La sacudida la sentí fuerte, pero no pensé que fuera de la magnitud que después se comunicó: 7.2 grados en la escala de Richter. Fue casi tan fuerte como el terremoto de 1976 (7.6 grados). Discutían sobre si se le llamaba “sismo” o “terremoto”, pero en términos coloquiales fue lo segundo. El epicentro estuvo entre los departamentos de San Marcos y Quetzaltenango, en el Occidente del país. El movimiento se sintió en el Sur de México y también en El Salvador.
     En conferencia de prensa de anoche, el Presidente de la República apuntaba que han sido más de cuarenta muertos los reportados -ahora más de cincuenta-, y una veintena de desaparecidos en todo el territorio. Principalmente en la cabecera de San Marcos, fueron unas ciento diez casas las que cayeron, quedando sin vivienda muchas familias. Además, hasta las 8 de la noche, habían sido 19 las réplicas (de 4.2 a 4.6 grados), lo que era nota positiva pues, así, la tierra liberaba energía y había menos peligro de un terremoto más grande.
     En nuestra Diócesis, la estructura de varios templos parroquiales (Patzún, Concepción, Catedral de Sololá, Nahualá) ha quedado dañada. En el departamento, sólo una niña ha muerto debido al terremoto. Puesto que la capacidad económica en esta área ha mejorado algo en este tiempo, la mayoría de la gente ya ha utilizado hierro para la construcción de casas, por lo que ha habido muy poca pérdida, no así en los departamentos mencionados.
     Gracias a Dios, en nuestro lugar no ha habido mayores consecuencias, aunque habrá que preocuparse por ayudar a los damnificados. Una nota jocosa ha sido la que nos han contado: un sacerdote estaba en el confesonario; al sentir la magnitud del movimiento puso “pausa” a la Confesión y le dijo a quien se confesaba que mejor seguían después...
     Nos han contado también que de parte del Santo Padre ha llegado una  nota de preocupación y de cercanía a la Conferencia Episcopal. ¡Gracias, Santo Padre, por su cercanía!




1 comentario:

  1. Gracias por la información. Me alegra que los conocidos estén bien. Acompaño a los afectados con mi afecto, oración y estima. Cuenten siempre con mi cercanía y afecto y ánimo para seguir adelante con alegría.

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