Las Ordenaciones de hoy en Patzicía, mi pueblo

     Con gran alegría hemos participado hoy de las Ordenaciones Sacerdotales y Diaconal en la Parroquia de Patzicía.

    Llegue a las nueve de la mañana a la iglesia, y las bancas dispuestas (aquí no suele decirse “los bancos”) ya estaban llenas. Se quitaron más de mitad de las bancas para que, de pie, cupiera más gente en la iglesia. De hecho, haciendo un cálculo, había más o menos cuatro mil personas: estaba repleto el templo. Hubo alrededor de setenta concelebrantes, vino gente de muchas parroquias, incluida de Joyabaj, Quiché, en donde ayuda el ahora P. Gilberto.

    Sorprendió el Obispo con un saludo dirigido a la gente en lengua kaqchikel. Su homilía fue sencilla, profunda y muy cercana: arrancó un aplauso a su término. La ceremonia, como en estos lares, fue larga, pero bien cuidada.

     ¿Qué será? Además de estar nervioso antes de la celebración –como no lo había estado en mi propia ordenación hace ya algunos años-, también me emocioné bastante –cada vez me pasa más- viendo ordenarse a estos nuevos sacerdotes, ahora jóvenes.

     Envío una calurosa felicitación a los nuevos sacerdotes: P. Rigo, P. Marvin, P. Gilberto, P. Santos, P. Carlos y P. Santiago; y al Dcno. Rubín, por el coronamiento de esta etapa, y el inicio de la más apasionante de su existencia.

     Además, transcribo una felicitación que me llegó al teléfono, de un sacerdote amigo de España: “Saludos a los ordenandos. Felicidades al Seminario y a la Diócesis por esta dedada de miel en el Año de la Fe”.

     Las fotografías las he tomado del blog del P. Carlos Zet. Gracias, P. Carlos, por tan excelentes fotos.

En el interrogatorio antes de las súplicas litánicas.

En el momento de la postración y el canto de las Letanías.

Después del ósculo de la paz. De izquierda a derecha: P. Santiago, P. Rigoberto, P. Santos, Dcno. Rubín, Mons. Gonzalo, P. Carlos, P. Marvin y P. Gilberto.