lunes, 1 de abril de 2013

Pasé la Semana Santa en Cantel, Quetzaltenango

     Puesto que no tenemos una comunidad "parroquial" normal, a los formadores del Seminario nos toca ir a ayudar a otra parte, durante los días de la Semana Santa. Una ventaja que he tenido es que, al lugar a donde fui, se requería de mi presencia principalmente para el Triduo Pascual, por lo que me dio oportunidad para estar en la JDJ Chixot 2013 (el Domingo de Ramos) y en la Misa Crismal (Miércoles Santo en nuestra Diócesis).
     El día Miércoles Santo me presenté a mi "jefe" interino, el P. Nicolás Sac (originario de Santa Clara La Laguna, en nuestra Diócesis), párroco de Cantel, Quetzaltenango. Aunque, antes de presentarme, ya me tocó que echar una mano en las Confesiones que se hacían en la iglesia.
     El Jueves tuve oportunidad de participar de la Misa Crismal en la Catedral de Quetzaltenango. Además de saludar a viejos amigos sacerdotes de esa Arquidiócesis, también saludé a otros muchos y al mismo Arzobispo, Mons. Mario Molina. Su homilía ha sido maravillosa, recordando la importancia del sacerdocio, de los sacramentos y de la unidad de la Iglesia. Sé que está muy interesado en el último tema.
     Para ayudar un poco, celebré "dos Semana Santas", pues había tres celebraciones en la Parroquia: una en "el Centro" y las otras en dos comunidades, que terminé frecuentando y aprendiendo el camino para llegar a ellas: La Estancia -de donde es Martín, un seminarista amigo- y Xecam.
     El P. Nicolás, en cambio, se dedicó más a atender el pueblo. Agradeció mucho -mucho, de verdad- la ayuda que se le prestó, pues ahora pudo presenciar mejor cómo se celebra la Semana Santa en su parroquia, y poder acompañar a los feligreses con más calma.
     Hay dos alegrías del párroco muy notorias: la primera, una recién abierta capilla de adoración perpetua -lo que ha removido a mucha gente-; la segunda, el número de personas que vuelven a la Iglesia -el año pasado bautizó a 50 catecúmenos; este año, a 40-.
     Desde esta página agradezco al P. Nicolás y a los cantelenses por la acogida, tan efusiva y agradecida. He visto cómo la gente, a pesar de las cosas que han sucedido en el lugar -me contó varias cosas el párroco- confía y quiere al sacerdote, aunque hace falta sanar muchas heridas.
     Me ha alegrado mucho el cariño que tienen los feligreses a su párroco. También me ha alegrado mucho haber compartido estos días con el P. Nicolás, quienes le conocemos sabemos de su gratísima amistad.
     Un fallo ha sido el no tomar fotos. Les dejo con unas de archivo, para hacerles ver lo bonito del lugar.
Ésta es la carretera que va de Quetzaltenango hacia la Costa Sur. El pueblo queda a la derecha; lo que aquí aparece son comunidades de Pasac I (en primera plana) y Pasac II (al fondo).

Aquí estoy con el P. Nicolás, en una visita que nos hizo hace ya algún tiempo.

La iglesia es colonial, recién restaurada. Es preciosa.

Éste es el presbiterio y su imponente y precioso retablo. Ha habido unos cambios, respecto a esta estampa: el altar y el ambón han sido renovados, más acordes al conjunto; se ha quitado las rejas laterales; y el suelo es nuevo, tanto del presbiterio como de la nave.

No hay comentarios:

Publicar un comentario