viernes, 5 de abril de 2013

“Pedro: ¿por qué no has conseguido nada?”


     Leemos hoy en el evangelio de la Misa (Jn 21,1-14) que Pedro, después de la Resurrección, se fue nuevamente a pescar; se le sumaron otros, entre ellos Tomás, Natanael, los Zebedeos y OTROS DOS DISCÍPULOS. ¿Quiénes son esos otros DOS DISCÍPULOS? ¿No podríamos meternos tú y yo con aquellos apóstoles?
      Otra vez, no han conseguido nada. ¿No será que, para esta pesca sobrenatural para la que fueron escogidos, la pericia humana no es suficiente? Fíjate que hasta que aquel “Desconocido” les dijo qué debían hacer, entonces pescaron. Pedro ha cambiado: siendo experimentado pescador, se deja guiar. Ya ha aprendido...
     ¿Quién es el que descubre al “Desconocido”, quien se da cuenta que es el Resucitado? Desde luego, aquel mozalbete de corazón puro, que tiene la mirada limpia, entregada toda su juventud, quien le descubre.
     ¿Cuál frase llama más tu atención? ¿No te mueve a actuar?

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