jueves, 4 de abril de 2013

“Los caminos de acceso a Dios son múltiples…”, ¿o, no?

¿Da igual una religión que otra? ¿Podemos encontrar a Dios de la misma manera?

     He leído un artículo que me ha resultado muy provechoso para la distinción entre religión y espiritualidad, entre ser budista o cristiano y la posibilidad que se tiene para llegar a Dios. El “pluralismo religioso” y el relativismo son mortales actualmente. Pero no son nada nuevo. A eso, Mons. Munilla (lean el provechoso artículo) da perfecta respuesta, trayendo a colación un episodio de la vida de San Ambrosio. Pongo unas cuantas líneas de su artículo.
     “El vaso y el agua”: Se pretende diferenciar entre la religión y la espiritualidad sirviéndose del referido símil. Las religiones serían como el vaso (hay muchos vasos); mientras que la espiritualidad sería como el agua. Se puede beber agua en diversos tipos de vasos o sin necesidad de ellos. Así ocurriría también con las religiones; todas ellas serían igualmente válidas para beber el agua de la espiritualidad. (…)
     El senador pagano Simanco -y con él, los defensores del pluralismo religioso en nuestros días- piensan que “a tan gran Misterio es imposible que se pueda llegar por un solo camino”. Sin embargo, San Ambrosio mantiene que el politeísmo es irracional, y que Dios nos ha librado de él gracias a la Revelación. A diferencia de otras religiones, la religión cristiana no es una gnosis, una salvación por el conocimiento, sino que nace del hecho histórico de la Encarnación, Muerte y Resurrección de Cristo, gracias a las cuales Dios nos ha abierto el camino de acceso a su Misterio de vida. Aquí reside la originalidad del cristianismo: El acontecimiento central de la historia humana ha sido la venida de Dios, quien en Cristo, ha salido al encuentro del hombre.
     La teoría del pluralismo religioso es totalmente incompatible con nuestra fe en la Encarnación.

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