viernes, 12 de abril de 2013

De noticias

Catedral de Quiché

     Caso lamentable es el que reseña Prensa Libre sobre dos sacerdotes que presuntamente abusaron a un menor de edad durante el mes de febrero. Desde luego, la noticia se ha regado fácilmente, como suele ser en estos casos, soplado por los indiscretos y por los enemigos de la Iglesia.
     Hoy me ha comentado un amigo, desde Quiché, cómo está, hoy por hoy, el caso: han dictado arresto domiciliario para los sacerdotes, pues se ha ido atenuando la acusación.
     Según la información de este amigo, es un caso de extorsión, pues los sacerdotes no han cedido a entregar el dinero que se les exigía. Como sucede en tantos casos lamentables, ahora también, los sacerdotes son culpables hasta que se demuestre su inocencia.
     No es que haya que cerrar los ojos a la maldad que sucede en la Iglesia –humanos somos-, sino no hay cebarse en la desgracia ajena, hay que ver que hijos de la sociedad somos: si algunos sacerdotes pueden caer en maldades grandes, es porque muchos miembros de la sociedad lo hacen también, y con creces.
     Como buenos cristianos que nos esforzamos por ser, nos toca desagraviar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario