Hoy, un nuevo sacerdote en el mundo

     Después de un bueno y merecido descanso ―creo yo―, abro nuevamente mi comunicación con ustedes, buenos y amables lectores. Me ha venido de perlas el tiempo de convivencia que he tenido. He vuelto al Seminario ayer. A un grupo de amigos nos han tomado una foto, aunque, a ver si no denuncio el trabajo de este bendito fotógrafo...

     Pero, por lo que escribo hoy es por la ordenación del “Chino”, del Dcno. Salvador Quiejú, que fue ordenado presbítero en Nebaj, Quiché. Tuve la gran oportunidad de participar de la celebración. Asistimos una treintena de sacerdotes, unos 10 de nuestra diócesis.

     El ahora P. Salvador es originario de Santiago Atitlán, pero, al fin, se ha incardinado en la diócesis mencionada. Estudió la Filosofía en Sololá y cursó la Teología en La Asunción.

     La iglesia parroquial de Santa María de Nebaj es preciosa, colonial, pero estrecha y relativamente pequeña, por lo que la celebración fue en el salón municipal. La población ha crecido: un párroco anterior ―veinte años atrás―, nos comentaba que durante su gestión eran 7 comunidades; ¡ahora son 95! Además, para que se hagan idea, me ha costado tres horas de viaje desde Sololá a Nebaj ―nada menos...

     Al párroco, el P. Agapito, le auguré que ojalá le dejen a este magnífico vicario y no cometan la “crueldad” de, ahora, llevárselo a otra parte; me aseguró que ya está decidido que se quedaría allí en Nebaj para ayudar.

     Al P. Salvador le agradecemos la invitación, y nos alegra mucho su ordenación, que viene a aliviar un poco la escasez de sacerdotes y de vocaciones en esa querida diócesis de Quiché. Le felicitamos y le pedimos a Dios que siempre esté con él y sea fructífero su ministerio sacerdotal.

Les decía: la foto salió borrosa, y como no somo tan fotogénicos...

Una foto que me tomaron hoy: al fondo se ve el gran pueblo de Nebaj.

¿Quién se habrá atrevido a tomar esta foto? Allí tienen -viendo hacia "nosotros"- al nuevo P. Salvador.

Casi al finalizar la ordenación, el P. Salvador, junto a Mons. Rosolino, su obispo.