sábado, 30 de noviembre de 2013

Unas emotivas Bodas de Oro

     “Por sus frutos los conocerán”, pronunció la Sabiduría de Dios. Si la fruta es de buen ver y buen gusto, si es nutriente..., podemos suponer que el árbol del que viene es sano, frondoso, lleno de vida.
     Ayer celebré la Santa Misa en acción de gracias por los 50 años de matrimonio de unos amigos míos y de la familia, los suegros de dos de mis hermanos. Fueron las Bodas de Oro de don Jorge de León y América Jovita Aguilar. La celebración fue en una acogedora capilla en la Ciudad Capital.
     El ritual de Matrimonio de la edición española contempla unas oraciones propias para este aniversario y un formulario para la renovación de los “votos matrimoniales”. Aunque nos parezcan a todos como oraciones “lógicas” para la ocasión, resultan muy emotivas para quien, estando en esas circunstancias, se las aplica.
     Y si te dieran la oportunidad y volvieras 50 años atrás en tu vida, ¿qué cosa cambiarías? ¿Cambiarías algo esencial? ¿Te animarías a cambiar incluso algún miembro de tu familia? Eso sólo es posible en las películas de ficción.
     Siendo sacerdote, me conmovió mucho cuando se emocionara don Jorge al decir: “te doy gracias, Señor, porque ha sido un regalo tuyo recibir a América Jovita por esposa”. Un tanto igual le sucedió a ella cuando pronunció la parte que le tocaba: “te doy gracias, Señor, porque ha sido un regalo tuyo recibir a Jorge por esposo”. Y luego dijeron ambos, al unísono: “Bendito seas, Señor, porque nos has asistido amorosamente en las alegrías y en las penas de nuestra vida. te pedimos que nos ayudes a guardar fielmente nuestro amor mutuo para que seamos fieles testigos de la alianza que has establecido con los hombres”.
     Les felicité porque son un ejemplo para los matrimonios jóvenes; muestran, con su vida, que es posible ser fiel al compromiso, aunque cueste a veces sangre, que el amor puede y debe crecer. También, comentaba en la homilía, es una alegría porque priorizaron dejar a sus hijos una herencia en fe y humanidad, más que en cosas materiales.

     Felicidades, don Jorge y doña Jovita. Que Dios les colme de bendiciones, con sus hijos y familia, después de esta fiesta.

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