jueves, 14 de agosto de 2014

En vísperas de la fiesta de la Asunción

     La parroquia, en Sololá, tiene como patrona a Santa María asunta al Cielo (La Asunción de la Virgen). Como pueden imaginarse, la fiesta ya ha comenzado, y de qué manera. El ambiente en el Seminario ya es de fiesta. Las Vísperas han sido solemnes. Ahora, un rato más de adoración al Santísimo, pues es jueves.
    Mi oración de la tarde, como pueden suponer –como en los días anteriores—, ha estado en sintonía con lo que ya celebramos: la Virgen, que ha subido al Cielo. Me he ayudado de la homilía del Santo Padre Benedicto XVI para esta fiesta en el 2005: “María fue elevada al cielo en cuerpo y alma: en Dios también hay lugar para el cuerpo. (…) En el cielo tenemos una Madre. El cielo está abierto; el cielo tiene un corazón”.
    Y me he puesto a pensar y a soñar cómo participará nuestro cuerpo de la misericordia divina en el Cielo. ¿Cuán felices seremos en el Cielo? Todo lo que podamos alcanzar ahora en la tierra, en Dios. “Soñad y os quedaréis cortos”.
     ¿Y se comparará la fiesta del Cielo con la fiesta en Sololá para su fiesta…? La pregunta no necesita respuesta… Vale soñar...

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