domingo, 31 de agosto de 2014

Un día domingo maravilloso

Esta foto corresponde al grupo de jóvenes que vinieron a la convivencia vocacional en el Mayor.
     He puesto ese título porque, a esta hora, no se me ocurre otro, concreto, que describa el día con precisión. El adjetivo utilizado es genérico, por lo que no tengo temor a equivocarme.
     He celebrado la Santa Misa, como habitualmente cada semana, en Concepción, a temprana hora. Me he preguntado, y a mis acompañantes seminaristas también, si habrán entendido algo de mi kaqchikel aquellas buenas y sencillas gentes de Concepción. Confío en que el Espíritu Santo no deje de actuar.
     Seguí con la convivencia vocacional que habíamos comenzado ayer en el Mayor, con el optimista número de 18 jóvenes procedentes del departamento de Sololá. Se han sorprendido algunos muchachos, de los que vienen, verme con sotana en la entrevista, luego en la mesa de ping pong y  luego en pantaloneta, disfrutando “como un enano” de un emocionante y trepidante partido de basketbol. Me parece que eso ayudó a que me tengan menos miedo… Se han marchado, esperanzado yo de verles en la convivencia de noviembre, pues hay varios buenos y prometedores elementos.
     Por la noche he ido a visitar a una religiosa a quien han intervenido quirúrgicamente. Hemos platicado distendidamente con sus hermanas de religión, al menos durante un tiempo prudencial que le robé al horario normal del Seminario. Me alegró poder acompañarles un rato, augurándole una pronta recuperación.
     Por la noche he abierto el correo, he visto el “Face” y me he encontrado, de entre varios mensajes, dos que me han llamado la atención y quiero compartirlos. El primero es de una religiosa, mexicana, que me ha escrito esta maravillosa exhortación:
     “‘El sacerdote es la dignidad más grande que existe sobre la tierra, Y, ¿sabes por qué? Porque el sacerdote hace descender del cielo a Jesús; cuando él, en el momento de la Consagración, dice las palabras consabidas, en el mismo instante abandona el cielo y se oculta en la Hostias Consagradas, estando en todas y cada una como está en la gloria’ (Beata Madre María Inés Teresa Arias). Muy querido hermano Padre: Te comparto estas palabras que me han hecho meditar durante este día. Que Dios bendiga tu vida sacerdotal cada día. Y que Santa María de Guadalupe sea esa estrella que guíe tus pasos hacia la eternidad”. ¿Qué les parece…?
     Y, el segundo, es de mi amigo el P. Martín, que se encuentra ya en Pamplona, dispuesto a comenzar el curso del primer año de Derecho Canónico que fue a estudiar. Y me envía la siguiente imagen. Ver la imagen me hecho suspirar. Le envío un saludo cordial y mis oraciones que le he asegurado, para que el Espíritu le sople fuerte y sea su fortaleza, especialmente en las clases de Latín. Le hará falta…
El P. Martín me envía esta foto con la siguiente nota: ésta es una de las vistas del lugar en donde vivo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario