jueves, 7 de agosto de 2014

Dios quiera que siga lloviendo...

     Un científico le buscará cinco pies al gato…; un meteorólogo dará razones para explicar por qué ha empezado a llover… Un creyente dirá que Dios lo tenía decidido y que escucha las oraciones.
     A  la hora del desayuno, el P. Francisco comentó que había ido a celebrar la Santa Misa a Concepción, porque un grupo de feligreses quería ofrecerla para pedir la lluvia, y que después de la Misa, todo el día sacarían las imágenes en procesión, impetrando de Dios la lluvia. Esto sucedió a primera hora de la mañana.
      Entrada la noche, sorprendentemente, ha empezado a llover. Hace ratos estaba tronando por aquí, mientras caía la lluvia; sigue tronando a la distancia.
     Le pedimos a Dios que mañana llueva nuevamente, pues, tanta falta hace a la agricultura.
     Me encanta la fe de esta mi gente, tan sencilla, que implora de Dios la lluvia.

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