martes, 17 de enero de 2012

De vuelta a clases (2)

Preciosa imagen de la Virgen de la Asunción, coronada por el Papa Juan Pablo II en su segunda visita a nuestro país, en 1996.
     Pues..., sí. Ayer escribí que había comenzado mis clases de Sagrada Escritura en el Seminario. Hoy, además, he comenzado mis clases en el otro Seminario Mayor que hay en el país, es decir, en el Seminario de la Asunción, en la ciudad capital. Me tocará viajar cada semana para impartir mis clases a mis veinti tantos alumnos.
     El viaje de Sololá -en donde se ubica "el Mayor de Sololá" y en donde trabajo a tiempo casi completo- a la ciudad capital es de más de dos horas, pues dista 140 kilómetros de la capital.
     El tiempo que dura el viaje aprovecho para rezar "el Breviario", el Rosario, y muchas jaculatorias, especialmente cuando el autobús nos obliga a ello por las imprudencias del chofer.
     A este propósito, les cuento un chiste que oí hace poco: 
     Llegaron al Cielo dos hijos de Dios: uno era sacerdote y el otro chofer de camioneta (los "autobuses" de por aquí). El segundo tuvo entrada directa, sin hacer ningún trámite para ingresar. Al sacerdote, en cambio, le pusieron trabas, y no entendía la razón de por qué el chofer de camioneta tuvo entrada libre, cuando ni siquiera habría ido a Misa ni rezaría. Al final argumentaron al sacerdote: "tú, cuando predicabas, aburrías y dormías a la gente; en cambio, el chofer, con sus imprudencias y poniendo en peligro la vida, hacía rezar a la gente.

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