San Juan de la Cruz |
Hoy, de viaje, venía de regreso al
Seminario. Además de aprovechar para rezar un poco y recitar jaculatorias,
aproveché para escuchar un “audiolibro” sobre la vida de san Juan de la Cruz.
En otras ocasiones lo había hecho durante
el curso de retiro espiritual –mientras comemos-. Estos audiolibros están tan
bien hechos, que encienden el alma en querer imitar a los santos de los que se
habla.
Además de recordar la biografía de san
Juan de la Cruz, porque ya había leído sobre su vida y partes de sus escritos,
he meditado sobre lo que importa de verdad: amar a Dios, que amando a Dios se
ama también al prójimo.
Total, los santos han imitado en su vida a
Jesucristo, y son ejemplo de doctrina vivida, encarnada; al ver a nuestros
hermanos los hombres –los santos- capaces de corresponder a la gracia de Dios a
tan alto nivel, me hace creer en la posibilidad de hacer un tanto igual, aunque
el intento tenga menos resplandor en mí.
Corresponder a la gracia de Dios, en cada
instante, regularmente en las cosas pequeñas: ese es el secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario