martes, 31 de enero de 2012

Imitar a Cristo, imitar a los santos


San Juan de la Cruz

     Hoy, de viaje, venía de regreso al Seminario. Además de aprovechar para rezar un poco y recitar jaculatorias, aproveché para escuchar un “audiolibro” sobre la vida de san Juan de la Cruz.
     En otras ocasiones lo había hecho durante el curso de retiro espiritual –mientras comemos-. Estos audiolibros están tan bien hechos, que encienden el alma en querer imitar a los santos de los que se habla.
     Además de recordar la biografía de san Juan de la Cruz, porque ya había leído sobre su vida y partes de sus escritos, he meditado sobre lo que importa de verdad: amar a Dios, que amando a Dios se ama también al prójimo.
      Total, los santos han imitado en su vida a Jesucristo, y son ejemplo de doctrina vivida, encarnada; al ver a nuestros hermanos los hombres –los santos- capaces de corresponder a la gracia de Dios a tan alto nivel, me hace creer en la posibilidad de hacer un tanto igual, aunque el intento tenga menos resplandor en mí.
     Corresponder a la gracia de Dios, en cada instante, regularmente en las cosas pequeñas: ese es el secreto.

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